De Vega, Texas a Monument Valley nos esperaban 9 horas de camino... Primeramente, en España, pensamos ir a Albuquerque pero por la "peligrosidad" que suponía la ciudad decidimos descartarla y poner a Monument Valley en su lugar. ¡Un grandísimo acierto! Puedo decir que me gustó todo lo que vi durante todo el viaje, pero Monument Valley me robó el corazón por su inmensidad y su complejidad a la vez que su sencillez. ¡Todo un tesoro de la naturaleza!
Así que nos despertamos tempranito y rumbo!
Eran ya las 4 de la tarde cuando empezamos a ver esa tierra árida, con su color rojizo característico y esas inmensas montañas rocosas alrededor nuestro.
A las 6 llegamos a nuestro destino! ¡Espectacular! La verdad es que es digno de ver y muy recomendado. Aquí os dejo algunas fotos para que os hagáis algunas ideas porque para mí es indescriptible.
Dimos algunos paseos por la zona y quisimos aventurarnos a bajar a la base de esas inmensas rocas. Allí abajo nos encontramos algún puestecito de venta de collares, pendientes... de los mismos indígenas.
Después de disfrutar del paisaje por un par de horas y ver el anochecer, decidimos ir a cenar algo. Con el vago recuerdo de carreteras busqué en internet dónde cenamos porque no encontré en su momento letrero alguno... y lo encontré! Se llama "Blue Coffee Pot Restaurant"! Es dónde comí una de las mejores costillas con salsa barbacoa picante de todo el viaje! Muy cerca de la vuelta de Monument Valley, en la intersección con la 160 y la 163. ¡Y muy barato!
Hicimos noche por Tuba City o cercanías en un motel de carretera.
Próximo destino... Williams y Gran Canyon del Colorado!
